"Parece difícil pensar que la constitución signifique algo, em cualquier lugar, para el hombre medio triturado entre las fuerzas de arriba y de abajo; su actitud ante 'su' constitución es de indiferencia, porque ésta se muestra indiferente ante él. La masa del pueblo es lo suficientemente lúcida para reclamar un mínimo de justicia social y de seguridad económica. Pero ni la más perfecta constitución está en situación de satisfacer estos deseos, por más pretencioso que pueda ser el catálogo de derechos fundamentales económicos y sociales. La constitución no puede salvar el abismo entre pobreza y riqueza; no puede traer ni comida, ni casa, ni ropa, ni educación, ni descanso, es decir, las necesidades esenciales de la vida".
Karl Loewenstein, Teoría de la constitución, p. 229.
sábado, 29 de agosto de 2009
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