sábado, 17 de julho de 2010

"Hoy tenemos una opresión menos, una libertad más"

Estou me poupando... ainda não vou falar dessa campanha eleitoral que se decide no tapetão.
Em vez disso, vou trazer um post do blog do constitucionalista Roberto Gargarella (seminariogargarella.blogspot.com) sobre a aprovação no Senado argentino da lei sobre o matrimônio homoafetivo. Se o Maradona não nos causa inveja, o legislativo deles sim.


APLAUSO!!

Publicado por rg

Es ley el proyecto de matrimonio homosexual!!
Y a los que perdieron, tranquilos, como con la ley de voto femenino en su momento, la ley de divorcio después, nada malo va a ocurrir. La sociedad no va a derrumbarse: hoy somos mejores y no peores que antes. Un abrazo ecumémico a todos.
P.D.: Cuando, hace unos años, la Corte Suprema Argentina decidió que no era inconstitucional negarle la personería jurídica a la Comunidad Homosexual, la mayoría produjo un fallo que pasó a la historia (en la verguenza) por los modos en que pensó la idea de igualdad, la idea de derechos, las relaciones entre minorías y mayorías. El juez Boggiano (ay!), dijo entonces (repitiendo, mal, los conceptos que en su momento reivindicara el juez Lord Devlin, en Inglaterra, en su debate con el filósofo Herbert Hart -un debate, justamente, sobre los derechos de los homosexuales):
“Una minoría tolerada requiere siempre una mayoría tolerante. Pero se podría llegar a una situación en la cual tantas minorías reclamasen tolerancia que ya no pueda haber mayoría ninguna. La democracia requiere un sustrato de valores comunes. Y la desintegración de esos valores puede conducir a erosionar la cohesión de la sociedad indispensable para su gobierno” .
Al poco tiempo, el gobierno menemista, bajo presión internacional, dio marcha atrás con su posición, y aceptó reconocerle su derecho a la CHA (medida que, implícitamente, avalaría la Corte misma, más adelante, gracias a su composición renovada).
El hecho es que, contra las predicciones de Devlin y Boggiano, la democracia cambió, algunos de los valores dominantes (en cuanto sostenidos por el poder público) se cayeron, y la sociedad no se desintegró, no se erosionó su cohesión. Por el contrario, nada de malo ocurrió con el reconocimiento, a los homosexuales, de derechos de los que se les privaba previamente.
Verán que ahora ocurrirá lo mismo. Hoy tenemos una opresión menos, una libertad más.

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